La llegada de Pervis Estupiñán al AC Milan no solo representa un nuevo paso en la consolidación internacional del lateral izquierdo esmeraldeño, mas también amplia la lista de futbolistas ecuatorianos que han tenido la oportunidad de disputar la Serie A, una de las ligas más importantes del mundo. A lo largo de los años, solo unos pocos compatriotas han logrado cruzar el Atlántico y vestir camisetas de clubes italianos en la máxima categoría.
Jaime Iván Kaviedes: el pionero en Italia
El primero en abrir las puertas fue Jaime Iván Kaviedes, quien fichó por el Perugia en 1999. Aunque su paso fue breve, dejó huella: jugó 14 partidos y anotó 3 goles, incluyendo conquistas ante gigantes como Juventus, Sampdoria e Inter. Su estadía marcó el inicio de una tímida pero significativa presencia ecuatoriana en el “Calcio”.
Felipe Caicedo: el más exitoso en suelo italiano
Sin duda alguna, Felipe Caicedo ha sido el ecuatoriano más destacado en la Serie A. Con passagens por Lazio, Genoa e Inter de Milán, acumuló títulos importantes e idolatria da torcida romana. Ganó dos Supercopas y una Copa Italia con la Lazio, además de conquistar otra Copa con el Inter. En total, disputó 149 partidos y marcó 34 goles, consolidándose como un verdadero referente.
Bryan Cabezas: una promesa que no se consolidó
Después de destacar internacionalmente con el Independiente del Valle en la Copa Libertadores 2016, Bryan Cabezas fue fichado por la Atalanta. Sin embargo, su experiencia en la Serie A fue muy limitada, con apenas 2 partidos jugados, sin lograr adaptarse al exigente fútbol italiano.
John Yeboah: el más reciente en la élite
El más joven de esta lista es John Yeboah, extremo de raíces ecuatorianas y alemanas, que llegó al Venezia en la temporada 2024-2025. En su primera campanha na Serie A, disputó 33 partidos y anotó 1 gol, convirtiéndose en uno de los nuevos rostros ecuatorianos del campeonato italiano.
Con la incorporación de Estupiñán al Milan, Ecuador suma una nueva presencia en una liga que exige alto rendimiento. El defensor tendrá la missão de consolidar su nombre entre los grandes, tal como lo hizo Caicedo años atrás.